17. Anaxágoras

Para poder dedicarse plenamente a sus investigaciones, cedió todas sus posesiones a sus parientes.

Anaxágoras (c. 1888), fragmento del mural pintado por Eduard Lebiedzki sobre un dibujo de Carl Rahl, en la Universidad de Atenas (wikipedia).

“Anaxágoras”, en Los filósofos presocráticos II, Conrado Eggers Lan, Editorial Gredos, Madrid, 1985, p. 310.

Retomamos nuestro curso de historia de la filosofía. Hoy le toca el turno a Anaxágoras de Clazómenas (aprox. 500-428 a. C.), de Clazómenas precisamente, una colonia jonia de Asia Menor, en el golfo de Esmirna. Provenía de una familia de dinero, pero se cuenta que renunció a su herencia para poder dedicarse a sus investigaciones.

“Anaxágoras”, en Los filósofos presocráticos II, Conrado Eggers Lan, Editorial Gredos, Madrid, 1985, p. 311.

Parece ser que mostró un gran desapego por todo lo material y por aquellas cosas que supuestamente convienen a los hombres y mujeres. Y decidió, en cambio, como el resto de los filósofos, dedicarse a cosas “inútiles”, aunque “sobresalientes, admirables, difíciles y divinas”, como dice Aristóteles…

“Anaxágoras”, en Los filósofos presocráticos II, Conrado Eggers Lan, Editorial Gredos, Madrid, 1985, p. 310.

De hecho, se cuenta que le preguntaron…